El ängel caído - Escultura en el parque del Retiro de Madrid Foto de Mariano Mellado |
por ciertos placeres prohibidos,
sería la existencia, el mundo
algo lineal y aburrido.
Hay que sucumbir
de vez en cuando a los vicios,
caminar, asomarse, ir,
por los filos del abismo.
Caer en tentación
no es una cosa pagana,
es más nocivo y peor
el quedarse con las ganas.
Comerse las manzanas
Adán y Eva a destajo,
perder el miedo a la felicidad
rendir pleitesía a Baco.
Y aprender que el mal
ese que a veces nos ronda,
medida es de fortaleza
y del carácter forja.
Con billete de ida y vuelta al Edén, prohibido prohibir el pecado, ahora y en todas las horas, amén.
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