jueves, 27 de octubre de 2011

CORAZÓN DE PIEDRA

A veces creo que me gustaría convertirme en piedra o en roca, algunas veces porque en ellas el tiempo discurre muy lentamente, y tienen ciertas ínfulas de eternidad, en otras porque parecen impasibles al dolor y vaivenes de la vida.

Pensándolo bien, casi mejor que no....



CORAZÓN DE PIEDRA
Corazón de piedra me dicen
y acaso no sepan,
que con el frío y el calor
el mineral se contrae,
se expande, se agrieta.
Corazón de piedra me dicen
y acaso no sepan,
que como canto rodado
ese río que da al mar
sus aristas redondea.
Corazón de piedra me dicen
y acaso no sepan,
que siempre hay un escultor
capaz de doblegarle
extraer su blandura, su belleza.
Corazón de piedra me dicen
y acaso no sepan,
que entre las fisuras y grietas
vive el liquen el musgo,
nace a veces la hierba.
Corazón de piedra me dicen
muralla que antepones
¡no me importa!
acaso no sepan....
(13 de noviembre de 2008)

jueves, 20 de octubre de 2011

MANIFIESTO

MANIFIESTO


En estos tiempos en los que impera la velocidad para todo, en lo que todo lo que tarde más de un clic en suceder, en todo lo que tardemos más de un clic para obtenerlo, nos desespera y nos impacienta.... En estos tiempos especialmente, me gusta demorar el paso, ver el tiempo que se toma el sol para ocultarse en el poniente, ver el tiempo que tardan las mañanas en encenderse, sentir el tiempo que imperdurable pasa por muchas cosas de nuestro entorno, y que aún quedarán cuando nosotros seamos olvido o memoria. Regodearme en ese tiempo que permanecerá impasible, que seguirá pasando eternamente, y que burlón se ríe de nuestras prisas a la vez que nos espolea con sus agujas de reloj los costillares de la vida.

En estos tiempos donde los buzones de correo postal están obsoletos cuasi-vacíos, y los virtuales atiborrados de morralla, y ambos nos desesperan si esperamos las noticias ansiadas.... En estos tiempos especialmente, me gusta agarrar hojas de papel en blanco y emborronar unas líneas y timbrarlas en correos, y esperar con impaciencia (no de inmediatez) una respuesta.

En estos tiempos en que nadie parece querer ser invisible, que todo el mundo tiene miles de perfiles y frentes abiertos, en donde vivir la vida virtual y exhibirse parece lo más imprescindible del mundo.... En estos tiempos especialmente, cuido de que nadie me vea, que nadie vulnere ni sepa del más insignificante de mis segundos ni movimientos.

Tal vez yo no vaya demasiado con los tiempos, tal vez me arriesgue a la mayor de las soledades, al más oscuro ostracismo. Tal vez no sea buena idea resistirme e ir contracorriente o dejándome llevar a regañadientes un poco por la corriente en vez de fluir al ritmo del tropel...

Pero si lo pienso bien, prefiero imaginarme como pececillo que despistado del banco ve pasar a sus compañeros apelotonados dentro de una red sea de arrastre o trasmallo mientras él nada sin rumbo por el infinito del océano.

(18 de octubre de 2011)

domingo, 2 de octubre de 2011

MAMÁ

¡Mamá!, es sin duda una de las palabras más universales,de las primeras que aprendemos, de las que nunca fallan, de las que tienen un contenido sin límites ni fondo.

Yo no concibo, no comprendo que nadie reniegue de su madre, ni que una madre pase de sus hijos, tal vez sea porque no lo he mamado, tal vez sea porque mi madre es la persona más buena, más generosa, más solidaria que conozco, y no porque lo diga yo (que... ¡que carajo siempre barro algo para casa!), es que me lo dice gente que la conoce, me dicen: es que no he oído a nadie hablar mal de tu madre...

Yo lo se, y creo que ella también lo sabe, pero hace y calla, porque además de buena, no busca con sus acciones ser reconocida ni que la cuelguen medallas.

Es el espejo en que quisiera reflejarme, aunque se que nunca seré más que una imagen empañada de ella.




A MI MADRE: ESE ESPEJO EN QUE QUISIERA REFLEJARME
(En su sesenta y nueve cumpleaños)

Si alguien me dice
te pareces a tu madre
nadie probable sepa
el honor que me hace.
Aunque ya quisiera yo
tener la luz de su vida
ofrecer tanto cobijo
y su perenne sonrisa.
Ya quisiera yo
caerme de buena
tener grande el corazón
y la puerta siempre abierta.
Avanzar por la edad
sin desaliento al fracaso
y llegar a la erótica
de abuela y mucho garbo.
Santa de mi devoción
esa es mi madre
no precisa de oración
ni subir a los altares.

(1 de octubre de 2009)