domingo, 24 de abril de 2011

ES UN HOMBRE BUENO

Esta entrada va dedicada a mi padre:

Todo lo que uno pueda escribir de bueno de su padre, lo suscribo yo para el mío, me basta con aquella frase que me dijo mi madre después de la tremenda (y merecidísima) bronca que me echó mi padre cierta tarde de verano cuando aún no había cumplido ni los quince años, mi madre me dijo: "Vicente es un hombre bueno".


 
Mi padre nació en la Hergui (antes La Herguijuela de Tormes, en Ávila), esta coplilla, la escribí  en 2.009, para su cumpleaños el día 19 de abril, en un momento algo dificil para todos, y que hacía recordar esa frase de Cernuda que dice: "Llega un momento en que el tiempo nos alcanza".
El pasado martes mi padre cumplió 74 años, él se hace mayor, yo también....


La Vega - Diciembre 2006
Ahora te quiero más
con igual ternura que a un niño,
ahora que a poquito entras
en la fragilidad del vidrio.
No perdono al tiempo
que me hace a mi grande,
y cambia sin piedad el rol
de niños y padres.
Tú dirás: ¡que egoísta...!,
¡si!, ¡lo soy!, ¡no te enfades!,
de ser siempre tu niña,
quisiera eternidades....

(Abril 2009)  

martes, 12 de abril de 2011

EN UN ABRIL Y SIN CERRAR LOS OJOS

Abril, sin duda es como el descorchador de la vida, el abre botellas de la naturaleza.

La Vega - Puente río Herrán -  año 2010

El tiempo con sus zapatitos nuevos, camina despacio, demorándose en sí mismo, y con desgana, como si no tuviera motivos para seguir, o dando saltitos de hora en hora como quien juega a subir y bajar peldaños en una escalera.

El aire con aromas a campo desperezándose, se pasea por las calles como por su propia casa, y mece en su deambular a una margarita, que imparte un cursillo práctico a otras florecillas silvestres, de cómo vencer la crisis del invierno sin perder un solo pétalo en eso del, me quiere no me quiere.
El sol va luciendo sus mechas cada vez más rubias y se desmelena por el cielo, mientras, la hierba toma su color más esperanzador y arroyos, pájaros y ríos, van pregonando a voces la primavera.
 
Envidiosa, decido sumarme a la corriente general del deshielo, y al igual que se funde la nieve de la montaña, mi sangre adquiere la liquidez suficiente para vivir no a crédito, sino al contado, y puedo prescindir por fin del anticongelante para el alma, y arrinconar las cadenas que por precaución para evitar patinazos instalé en el corazón.

¡Respiro!,... ¡intensamente!... ¡respiro!...., y doy las gracias a quien corresponda por este tiempo, esta primavera, este mes que ha venido como un regalo con envoltorio fácil de abri...l