lunes, 12 de diciembre de 2011

AL METRO DE MADRID

El metro es un mundo subterráneo palpitante, unas venas que recorren la ciudad bullendo de vida. Todos los metros deben ser parecidos; Según los barrios, las franjas horarias, los días festivos o no, el trapío de los usuarios varía, seguro que hay estudios al respecto.

Las horas punta, las aglomeraciones, los roces, los cariños, las broncas, los rateros, los estudiantes, los ejecutivos, los curritos, los mendicantes, los borrachos, los suicidas con y sin vocación, los madrugadores, los trasnochadores, los que se cuelan, los vendedores legales e ilegales, músicos, cantantes, espontáneos, turistas, foráneos, familias, los abuelillos, flora, fauna.... se podría seguir así casi hasta el infinito, enumerando momentos y vidas con billete de ida y vuelta (o metrobús, o sencillo, o abono, o...)

Una ciudad como Madrid sin metro sería un caos. Seguro que recordáis la que se lió cuando en el 2010 se puso en huelga y paró.

Fuera de este, no he montado más que en el metro de París, y he de decir, que París es una ciudad mucho más bella y grande que Madrid, pero en cuestión de metro les damos sopas con honda...


Foto de Mariano Mellado

AL METRO DE MADRID
Por tu boca me adentro
igual que en profundo beso,
dentro de ti penetro
universo cálido, denso,
a galope voy por tus entrañas
como en viaje astral de huida,
siempre queriendo arañar
unos segundos más a la vida,
y llego al final, mi destino,
y sin dar más importancia
como quien se quita el abrigo,
tú de mi, te vacías.
Y te veo marchar
con estruendosa algarabía,
nunca miras para atrás
no te sales de la vía.
Y tengo que admitir
que no lo dicen por si cuela,
que no mienten cuando dicen:
Metro de Madrid vuela.
DLV®

(¿Será por eso que algún conductor de metro que conozco dice que es piloto...?)

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