viernes, 29 de julio de 2011

CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Mañana, treinta de julio de 2011, mi abuelo (mi querido abuelo), hubiera cumplido cien años, un siglo.
Relacionando esto con el libro magistral de Gabriel García Márquez, he escrito esta coplilla, en su memoria, en su recuerdo, aún vivo y latente.



CIEN AÑOS DE SOLEDAD
No te llamabas Aureliano
ni te apellidabas Buendía,
a veces buscaba tu mano
para que me hiciera de guía,
¡Que lejos quedó Macondo
y aquellas batallas triviales!,
el cariño nunca tocó fondo
aunque fuéramos rivales.
Ya nada me produce asombro,
son todo para mi obviedades,
ilusión reducida a escombro
sin tus prodigios de Melquíades.
Sin olvido, (¡maldita gripe!),
no habrá atados al árbol, ni colas de cerdo,
no será el final de tu estirpe
mientras perviva el recuerdo.
Mañana treinta se cumple el siglo,
¡qué pronto pasó!, ¿verdad?
desde tu ida cuento y sigo,
cien años de soledad.

(30 de julio 1911 - 30 de julio de 2011) En memoria

“y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad, no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.
(Gabriel García Márquez)

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