domingo, 6 de febrero de 2011

SER AGUA EN LA ALHAMBRA




Conocí Granada el puente de mayo de 2001, quedé fascinada con la Alhambra, siempre digo que me hubiera gustado encarnarme en cualquier persona que hubiera tenido el privilegio de vivir en ella.
Tengo ganas de volver, más tranquilamente, y dejarme llevar por los susurros del agua.

SER AGUA EN LA ALHAMBRA

Quisiera ser el espejo
que refleja Comares
de verde ribeteado
en el patio de los arrayanes.

Esa que entre leones 
se pasea sin miedo
y desde la raíz del ciprés,
se eleva hasta el cielo.

La que discurre por Partal
Generalife, Lindaraja,
y arrullo de suspiros fuera,
de cautiva y dos hermanas.

Perfumada de jazmín
ser misterio y quimera
las lágrimas de Boabdil,
nombre de una torre y escalera.

Este es mi sueño imposible
la realidad le desarma,
me quisiera licuar, disolver,
ser agua en la Alhambra.


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