lunes, 22 de noviembre de 2010

DESPRENDIMIENTO: POR OTOÑERÍAS

Foto hecha en La Vega (Ávila) 30 de octubre de 2010


En el breve instante
previo a llegar al suelo,
la brisa suave mece,
ya mi ligero cuerpo,
el sol que me abrasó
ahora tierno me acaricia:
susurra:¡no tengas miedo!,
¡buena suerte en la otra orilla!.
Y se agolpan en mi memoria
días de calma noches sin luna,
temporales de viento y lluvia
en los que bailé hasta la locura,
los susurros con mis hermanas
y los pájaros de todos los días,
el brillo verde de mis venas,
mi sangre de clorofila.
Reflexiva tranquila,
(¡esto no puede salir mal!)
con ancestral sabiduría
me dejo mecer hasta el final,
y llego a mi nuevo hogar
¡me invade la ternura!
sobre húmeda manta
me acuesto con dulzura,
y mientras me alcanza el sueño
me siento feliz y dichosa,
de haber disfrutado tanto
de mi vida como hoja.
Pero llega el momento de volver,
a ser de nuevo tierra,
esa que siempre fui...
la hoja que siempre seré.









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