Porque la vida es un cuento, que a veces es necesario reescribir, o darle la vuelta.
Porque digan lo que digan los cuentistas muchas veces la realidad supera la ficción, porque siempre, siempre, en la vida como en los cuentos (ya que se acaban, y eso es irremediable), hay que conseguir el final feliz.
NO
CREAS EN CUENTOS DE PRINCESAS
Erase una vez una damisela
curtida en los asuntos de la corte,
virtuosa hermosa de elegante porte,
aficionada al cuento y la novela.
Convertirse en princesa le desvela,
por lograr cuento con final feliz
con regio consorte y comer perdiz,
a San Antonio le enciende una vela.
La merced le llevó hacia aquel castillo
donde halló príncipe de rango y brillo,
sangre azul noble y para colmo, guapo.
de un solo flechazo se enamoraron
y cuando su amor con beso sellaron
aquel príncipe, se convirtió en sapo...
PD: Nunca creas en los cuentos de
Princesas, la vida cotidiana a menudo incumple, finales y promesas…
(Madrid 14-15 de abril de 2013 )
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