Hoy, mi padre cumpliría 88 años.
Cada día recorro la distancia
que me lleva a ti,
a contracorriente
en sentido contrario
al olvido, marañas,
y trampas de la memoria,
y allí te encuentro:
en el poyete del parque,
pululando en el taller,
atento a las noticias
que ya son de ayer.
Si, recorro esa distancia
con empeño y dedicación,
sin aceptar de tu ausencia
una sola condición.
Y allí convergen
de modo indisoluble,
mi tiempo breve
y la eternidad
a la que te debes.