Te
fuiste con el invierno
igual
que la nieve nueva,
la
que funde con el soplo,
azul
de la primavera.
Sorprendido
y sin prisa,
te
fuiste como se van las olas,
y
entre tanto fue la brisa,
despertando
amapolas.
Te
fuiste cuando de lejos
alguien
pronunció tu nombre,
mientras
una algarabía de pájaros
estallaba
en el aire.
Y
en el inmenso infinito
sin
fisuras ni rendijas,
hallaste
un nuevo cielo
y
en su eterna noche, te cobijas.
(18
de marzo de 2017 – 9º aniversario)