Cierto día revolviendo entre papeles y fotos antiguas de mis padres, hallé un par de cartas que mi padre le escribió a mi madre, en agosto y septiembre de 1964, cuando aún eran novios.
Con una caligrafía preciosa (mi padre tiene una letra muy bonita), y alguna que otra falta de ortografía, él, mi padre, en sendas hojitas escritas por las dos caras, apretada la letra al final del papel y con algunos requerimientos por los márgenes, ("¡Me escribes pronto!"), desgranaba anhelos, ausencias, o pedía opinión sobre la impresión que había dado a mis abuelos (futuros suegros) cuando se presentó en el pueblo.
No he hallado ninguna carta de mi madre a mi padre, al parecer era más parca en palabras que él, o mi padre no tuvo el cuidado o esmero en guardarlas,(algún día se lo preguntaré), sin embargo algo de mella harían las letras, algo contribuirían a encender la candela que aún hoy sigue prendida.
Hoy, 15 de enero de 2.016, mis padres cumplen sus bodas de oro, cincuenta años de casados.
PALABRAS PARA JULIA
Con
queridísima
o
inolvidable Julia,
comenzaban
siempre
sus
misivas.
Suspiros
de papel
besos
de tinta,
rezumaban
los renglones,
caligrafía
de un amor en vigilia.
Y
las palabras se apretaban
mucho
al final de la hoja,
con
peticiones enamoradas
siempre
en la cuerda floja:
.-¡¡
A ver cuando llegas!!.-
.-¡¡Escríbeme
pronto!!.-
imperativos
de ausencia
de
un amante devoto.
Y
poco importaba
si
trocaba la uve por be,
o
que la hache
estuviera
huidiza,
Ella,
leía, leía, y releía:
.-
¡¡un abrazo de este que no te olvida!!.-
y
el corazón no entendía,
de
faltas de ortografía.
(Madrid
14-15 enero 2016)